Los Castillo regresan a casa por Navidad tras trabajar todo el año para ADN. Están agotados pero felices de reencontrarse con Mario y Dora, que dejaron la academia. Incluso antes de llegar a casa deben actuar en el metro para detener a un carterista sin revelar sus poderes. Van a la función escolar de Dora, donde la niña sufre acoso por parte de unas compañeras y termina usando sus poderes eléctricos de forma descontrolada. La familia tiene que limpiar el desastre: borrar grabaciones y la memoria de una profesora que lo vio todo. Rosa Ruano, queriendo favorecer a Borja en su nuevo trabajo como policía, intenta caerle bien a su jefa, Otero. Ella y su compañero Nacho investigan un caso extraño relacionado con el juguete navideño del momento: el Elfo Travieso.




